Pakitzapango

Las ricas aguas en sedimentos del río Ene, los bosques densos y la abundancia de animales han dado vida al pueblo Asháninka durante miles de años. Pero la construcción de la presa de Pakitzapango amenaza este ambiente natural y el futuro de los Ashaninka.

Programada para ser construida por intereses brasileños, la represa de Pakitzapango de 2.000 megavatios bloquearía el río Ene con un muro de hormigón de 165 metros de altura atravesando un sitio sagrado. El gobierno peruano espera generar ingresos mediante la exportación de energía hidroeléctrica a Brasil. En junio de 2010, ambos países firmaron un acuerdo energético que incluye la construcción de seis represas hidroeléctricas en el Amazonia peruana para abastecer con más de 6.000 megavatios de energía a Brasil. Las empresas brasileñas Electrobras, Odebrecht, Engevix, Camargo Correa, Andrade Gutiérrez, y el Banco Nacional de Desarrollo del Brazil (BNDES) están presionando para construir estas represas lucrativas para las compañias e inversionistas.

La salud del río Ene es crucial para los pueblos indígenas Ashaninka, que dependen de sus recursos pesqueros, los suelos fértiles de sus llanuras de inundación, y los muchos alimentos y otros recursos naturales que proporciona el bosque. La represa bloqueará el paso de los sedimentos, y la migración de peces y otros organismos acuáticos. La represa de Pakitzapango tendría un impacto negativo en la vida de cerca de 10.000 personas.

El desplazamiento de poblaciones por la represa de Pakitzapango, con toda probabilidad, impulsaria la colonizacion de las zonas de amortiguamiento del Parque Nacional Otishi. Otishi fue creado en 2003 para proteger la integridad ecológica del las cuencas fluviales del Apurimac, Ene, Tambo y Urubamba amenazadas por las presiones de la colonización. Indígenas aislados con diferentes grados de contacto con el mundo moderno (entre ellos algunos que no han experimentado ningún contacto) viven en el parque y sus zonas de amortiguamiento.

La Central Ashaninka del Río Ene (CARE) se ha comprometido a defender el Ene y el sustento de los Asháninkas que se verían perjudicados por Pakitzapango. Ríos Internacionales se ha comprometido a apoyar los esfuerzos de CARE.